Caso: Ben Franklin
Hay demasiadas buenas ideas que se mueren, y personas con muchísimo talento que no brillan como podrían. El propósito de Astrolab consiste en ayudar a profesionales como tú a adquirir las habilidades de influencia necesarias para crecer tu impacto.
Este semestre escribí tres artículos titulados Cómo Influir en Otros (parte uno, parte dos, parte tres), donde compartí el proceso de storytelling para influir en otros que enseñamos en el INSPIRA, la experiencia de aprendizaje que llevamos perfeccionando desde el 2012.
Con este punto de partida, queremos publicar varios artículos que muestren el proceso que siguieron personas específicas, y lo haremos siempre usando el Playbook de influencia como guía.
En este primer artículo hablaré sobre Benjamin Franklin, uno de los personajes más importantes en la historia de los Estados Unidos. Me gustaría contarte el proceso que siguió Franklin para convencer al gobierno francés de convertirse en aliados, y de apoyarlos en su guerra contra Inglaterra.
Mi interés por Ben Franklin surgió hace dos años, cuando me mudé a la ciudad de Filadelfia para estudiar una maestría en la Universidad de Pennsylvania. Franklin es el fundador de esta institución, y la ciudad está llena de referencias a él, tanto en museos, como en bares o en la misma Universidad.

Ben y yo en UPenn; Ben por Houdon, en el Museo de Arte de Filadelfia; Ben en The Mulberry, Filadelfia
El mes pasado tomé un vuelo de diez horas, y tuve la oportunidad de terminar la biografía que escribió Walter Isaacson —el que escribió las de Steve Jobs, Elon Musk, Leonardo daVinci, y Albert Einstein— sobre él. En concreto, el rol de Franklin en la independencia de los Estados Unidos me cautivó y me pareció un caso de éxito sobre cómo influir en otros.
“¿Quién quiere ir a París?”
El 2 de agosto de 1776, John Hancock firmó la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos que había sido aprobada el 4 de julio en Filadelfia.
Al igual que en México, y en muchos otros países, la guerra por la independencia apenas comenzaba, y Estados Unidos la tenía prácticamente imposible contra el imperio británico. Para ganar, necesitaba de aliados que pudieran ayudar con dinero y ejército.
¿Quién podría ser ese aliado? La respuesta era fácil: Francia, el enemigo de Inglaterra con quien llevaba en guerra on and off desde 1109, era el mejor candidato a convertirse en ese aliado.
Lo que no estaba claro era cómo convencer a Francia de sumarse. En concreto, ¿quién tendría la autoridad y la capacidad persuasiva para convencer a Luis XVI y a su corte de invertir en las Trece Colonias, un proyecto interesante pero distante? Todos sabían que conseguir el apoyo era casi imposible.
Benjamin Franklin, publicista, inventor, científico y firmante de la Declaración de la Independencia se ofreció a llevar a cabo esa negociación.
En este artículo hablaré sobre el proceso que siguió Franklin para —spoiler alert— convencer a Francia de apoyar a las Trece Colonias.
El secreto de su proceso se encuentra en un documento que publicó en 1749.
Educación de la juventud
Aunque Franklin nació en Boston, pasó gran parte de su vida en Filadelfia. Ahí aprendió a usar la imprenta y eventualmente abriría una por su cuenta. Su primer proyecto fue la publicación de uno de los primeros periódicos en las Trece Colonias, y eso le permitió tener y perfeccionar su voz, como un generador de contenido actual.
Con el paso del tiempo, y mientras fue creciendo su patrimonio derivado de sus publicaciones, Franklin fue convirtiéndose en fundador de instituciones, y poco a poco empezó a interesarse por la educación.
Eso le llevó, en 1749, a escribir un documento que daría origen a la Universidad de Pensilvania:
¿Qué habilidades se desarrollarían en esta institución? Franklin hace su lista de deseos, incluyendo una que conecta con lo que hacemos en Astrolab:
“La historia mostrará los efectos maravillosos de la ORATORIA en gobernar, dirigir y guiar grandes masas de la humanidad, ejércitos, ciudades, naciones.”
De acuerdo a una consulta que hice a ChatGPT el lunes 22 de julio:
“La oratoria es el arte de hablar en público de manera elocuente y persuasiva, con el objetivo de transmitir un mensaje de forma efectiva. Por otro lado, la retórica es el estudio y la práctica de usar el lenguaje de manera persuasiva en la escritura o el discurso, a través de técnicas como la argumentación, el uso de metáforas y la estructuración del mensaje para lograr convencer, educar o motivar a una audiencia. Ambas disciplinas han sido fundamentales en la historia para la comunicación efectiva y la influencia en la sociedad.”
Para Franklin, la oratoria y la retórica eran herramientas cruciales en el desarrollo de cualquier persona, especialmente de aquellos que querían tener impacto en una sociedad.
Casi treinta años después de Proposals, y en un momento crucial de la naciente república, Franklin necesitaba ponerlas en práctica y convencer al Rey Luis XVI de hacerle frente a Inglaterra.
Ejercicio: prepara tu estrategia de influencia usando el Playbook
Franklin, Lee y Deane llegaron a Francia en noviembre de 1776, rodeados de misterio. Franklin tenía una gran fama por su trabajo con la electricidad, y fue recibido como un rockstar en París, pero nadie sabía cuáles eran sus intenciones en Francia.
Si estuvieras en los zapatos de Franklin, ¿qué hubieras hecho para conseguir el apoyo del Rey? Usa el Playbook para guiarte.
Lo que realmente sucedió
A ojos de varios espectadores, especialmente de sus compatriotas americanos, Franklin hizo poco en los primeros dieciocho meses. El inventor se la pasaba en fiestas, recibiendo invitados en la casa donde vivía (situada en el hoy barrio de Passy, en París).
En su defensa, Franklin estaba intentando posicionarse en la corte del Rey Luis XVI usando lo que hoy llamaríamos networking.
Por otro lado, Franklin estaba atado de manos en su labor de influencia directa: durante los primeros doce de esos dieciocho meses, Franklin estuvo completamente desconectado de lo que pasaba del otro lado del mundo. No había buenas noticias, y las pocas que había solían ser interceptadas por barcos ingleses.
Franklin era bueno para inventar información —ejem, fake news—, pero necesitaba fundamentar sus historias y noticias más importantes con evidencia si quería convencer a la corte del rey Luis XVI, y eventualmente al mismo rey.
Finalmente, el jueves 4 de diciembre de 1777 todo cambió. Esa mañana, un mensajero entró montado a caballo al patio de la casa de Franklin con buenas noticias: el ejército de las Trece Colonias había derrotado al ejército inglés en la batalla de Saratoga.
Los siguientes días empezaría una intensa campaña de comunicación, especialmente a través de sus contactos. En la serie Franklin de Apple TV (que no le fue muy bien en reviews), lo vemos imprimiendo la noticia en francés justo después de la escena con el mensajero.
Aún y con las noticias positivas, el equipo norteamericano no la tenía fácil: desde el otro lado del mundo había llegado una lista de cosas a pedirle a Francia.
“En un momento dado, Franklin recibió una lista de compras de treinta y ocho páginas. La lista dejó a Franklin sin palabras”, escribió Stacy Schiff, autora del libro en el que se basó la serie de Apple TV.
Entonces, inició una negociación que duraría dos meses.
¿Cuál fue el argumento principal de Franklin durante estos meses? Que la alianza con las colonias rebeldes beneficiaría a Francia en términos estratégicos y económicos.
El 6 de febrero de 1778, representantes de Francia firmarían el acuerdo, con Franklin como testigo.
En la sección anterior te sugerimos ponerte en los zapatos de Franklin y llenar el Playbook en preparación a tu proceso de influencia.
Te dejamos nuestra sugerencia sobre cómo se vería el Playbook lleno con la información de este caso.
¿Cómo te fue? ¿Qué te sobró? ¿Qué te faltó? Déjanos tus comentarios abajo y cuéntanos si el ejercicio te pareció relevante.
Ps. Hace unos meses, tuve la oportunidad de dar un INSPIRA, nuestro taller de storytelling para influir en otros, en la Universidad de Pennsylvania. Me gusta pensar que desde Astrolab estamos ayudando a hacer realidad el sueño de Franklin: que cualquier persona pueda desarrollar las habilidades para influir en los demás.