Astrolab le ayuda a líderes a acelerar la adopción de una estrategia, y lo hace principalmente a través de dos esfuerzos:
- Instalando la habilidad de storytelling en tus líderes y en tu organización (INSPIRA): si las personas adquieren la capacidad de convertir datos en insights, insights en historias, e historias en comportamiento, los cambios avanzan más rápido
- Socializando una NARRATIVA que facilite el posicionamiento y adopción de una estrategia, y luego removiendo obstáculos: si todos entienden, recuerdan y ven la estrategia en acción, aumentan las probabilidades de éxito
En este artículo quiero compartir contigo tres analogías que dan claridad sobre el concepto de Narrativa, fruto de nuestro trabajo con organizaciones, de nuestro estudio y de horas y horas de discusión entre nuestro equipo de Producto en Astrolab.
Una necesidad sin atender
En octubre del 2013, una líder en CEMEX Global nos hizo un pedido que modificaría por completo la trayectoria de Astrolab:
– Necesito encontrar una manera de comunicar la estrategia de Recursos Humanos, pero necesito comunicarla de una forma sencilla y a la vez diferente en cada región.
– Déjame pensar qué podemos ofrecerte.
Hasta ese momento, todo nuestro trabajo con storytelling se centraba en ayudarle a líderes a contar historias personales breves que reforzaran su liderazgo, aumentar ventas y movieran a la audiencia en alguna dirección.
Ese esfuerzo, creíamos, representaba una innovación en la comunicación interpersonal. De alguna manera se trataba de regresar el elemento humano, narrativo y experiencial a la comunicación corporativa que se había vuelto demasiado powerpoint-y.
Lo que nos pedía esa líder iba más allá.
Ella buscaba una estructura abstracta (versus concreta) que fuera flexible (versus visual y emocional), y al mismo tiempo tuviera el mismo gancho que tienen las historias.
Mismo efecto, distinto mecanismo
Hoy le llamamos narrativa a esa concepto, y me siento cómodo contándoles que desde entonces, lo hemos probado con empresas de distintas industrias y tamaños como Roche, Coca-Cola FEMSA, Clara y CEMEX.
Durante los primeros años de usar narrativas, decíamos que una narrativa era como una historia. Desde hace algún tiempo dejamos de usar esa analogía pues es confusa.
Para Astrolab, una narrativa consiste en “una Narrativa es una serie de ideas, conectadas entre sí, que explican algo”, como lo explicó Ana Fer en su EXCELENTE artículo de la semana pasada 😉
Sin embargo, esta explicación sigue siendo insuficiente:
- ¿Qué entienden por serie?
- ¿Cómo se conectan entre sí?
- ¿Qué necesitan explicar?
En este breve artículo (breve) quiero compartir tres analogías que ayudan a explicar lo que entendemos por narrativa en el contexto corporativo.
Una narrativa es un modelo mental
Shane Parrish, un ex-espía y experto en cyber seguridad canadiense, es una de las referencias actuales en temas de pensamiento crítico. La mayoría de sus seguidores trabajan en Wall Street, y —fun fact— tiene que tener cuidado al hablar de su trabajo anterior pues fácilmente puede acabar en la cárcel.
Para Parrish, los modelos mentales son
“cómo entendemos el mundo. No sólo dan forma a lo que pensamos y cómo entendemos, sino que también modifican las conexiones y oportunidades que vemos. Los modelos mentales son cómo simplificamos lo complejo, porqué consideramos que algunas cosas son más relevantes que otras, y cómo razonamos”
Una narrativa es justo eso. “Apostarle a nuestra aplicación digital sin descuidar las relaciones que nuestros vendedores tienen con nuestros clientes: la combinación de ambas nos hará ganar” suena a una estrategia de una empresa de retail, pero al mismo tiempo da pistas de porqué es importante y qué podríamos hacer cada uno de los colaboradores para sumarse.
Una narrativa es un modelo mental en tanto que simplifica lo complejo y facilita la toma de decisiones.
Una narrativa es como un mapa del metro
¿Estás intentando impulsar un cambio organizacional (implementación de estrategia, buy-in de proyecto, lanzamiento de iniciativa de transformación)? Asegúrate de construir y socializar una narrativa del cambio, sin necesariamente dar TANTO detalle.
Piensa en los mapas del metro.
El año pasado leí Making Numbers Count, de Chip Heath. En una sección, Chip habla sobre cómo los mapas del metro son “simples, brillantes… y geográficamente inexactos”.
No importa que sean inexactos, pues los mapas comunican “sólo lo que necesitas saber sobre la ciudad”.
Una narrativa es el mecanismo por el cual una idea se contagia
Ésta es mi analogía favorita, y se me acaba de ocurrir la semana pasada.
El COVID tuvo un gran impacto en el mundo no porque el virus fuera especialmente peligroso —obviamente lo es, pero no en comparación con otros virus como el ebola u otros que ni quieres conocer—, sino por su capacidad de contagio.
En ese sentido, una estrategia, cambio o transformación pueden ser muy buenas, pero irrelevantes si no escalan, si no se adoptan por una masa crítica de personas que tengan el mix correcto de poder y autoridad.
Una buena narrativa ayuda a que esa estrategia sea mucho más contagiosa, pues reduce las ochenta slides a tres o cuatro ideas, que luego se tendrían que comunicar de
- muchísimas maneras distintas
- con elementos visuales,
- reforzadas con historias y
- modeladas por los líderes
Si haces esto bien, la estrategia se socializará muchísimo más rápido a que si haces un town hall aburrido y mandas el deck por mail.
¿Sabes quién va a leer, entender y traducir ese deck a comportamientos? Nadie.
¿Qué opinas de estas analogías? ¿cuál te gusta más?
Bonus: más analogías, metáforas o símiles (tomadas de Michael Margolis)