Aquí va mi esquema:
Por qué el storytelling sigue siendo relevante
Qué es el storytelling (y qué no es)
Cómo encontrar, usar y contar pequeñas historias
Este post es la primera parte de una guía sobre por qué y cómo volverte mejor contador de historias en 2025.
¿Storytelling? ¿En 2025?
El jueves pasado asistí al evento Predictions 2025 de Scott Galloway. Ahí, el profesor de marketing de NYU habló sobre tendencias en tecnología, salud y cultura.
Después de su charla, le hicieron esta pregunta en la sesión de Q&A:
—Como estudiante universitario de tercer año, ¿cuál es la mejor forma de impulsar mi carrera y ganar estabilidad financiera?
¿Su respuesta?
—¿Una sola habilidad que debes desarrollar? Storytelling.
Aprovecha cada oportunidad para hablar en público. Aprovecha cada oportunidad para convertirte en un buen escritor. Descubre en qué medio te mueves mejor. ¿Se te da TikTok? ¿Eres bueno hablando por teléfono? ¿O texteando?
Si quieres tener éxito, tienes que saber pararte frente a otros, o mandarles un memo que exponga tu argumento, tu postura, y los mueva a la acción.
Storytelling es la competencia central.
Tal vez te estás preguntando: “¿Cómo es que el storytelling sigue siendo relevante en tiempos de GenAI, cuando todo mundo parece usar IA para resolver sus problemas de comunicación?”
Mira las barras dos y tres de este gráfico, que representa una muestra aleatoria de un millón de conversaciones realizadas en Claude, el modelo de Anthropic:
La clave está en entender qué es el storytelling, cómo se diferencia de la comunicación común, y cómo se usa.
Qué es el storytelling (y qué no es)
Storytelling puede significar muchas cosas.
Aquí tienes cinco posibles definiciones:
Cuando Scott Galloway habla de storytelling, no se refiere a nada de eso.
Se refiere a la capacidad que debe tener cualquier profesionista o emprendedor de —como él dice— poder estructurar un argumento, tomar una postura y mover a otros a actuar. Suena a comunicación, pero con esteroides.
Durante los últimos trece años, he estudiado qué implica contar buenas historias —orales y escritas— como profesional ordinario.
Aquí va una definición breve:
El storytelling es
El uso de historias y narrativas para conectar con otros, comunicar ideas de forma efectiva e inspirar cambios.
Algunos conceptos clave:
Una historia es la narración breve de una experiencia que ayuda a dar un punto, crear conexión humana o provocar un cambio.
Una narrativa es la secuencia de ideas que ayuda a explicar un movimiento, una marca o una tendencia.
El storytelling es una forma particular de comunicar ideas. Va más allá de los hechos. Requiere emoción, requiere estructura, requiere contar lo que pasó (o lo que podría pasar) de forma que haga sentir.
Por alguna razón, la narrativa funciona mejor para el cerebro humano.
Nadie sabe con exactitud por qué, pero hay muchísima evidencia de que el storytelling mejora la atención, la comprensión, la memoria y la capacidad de influencia, más que los simples datos o argumentos.
Aquí algunos hallazgos recientes:
Ahora bien: GenAI puede ayudarte a estructurar tus ideas e incluso tus narrativas. Pero hay algo profundamente humano en el storytelling que la IA no puede replicar. Al menos no por ahora.
¿Por qué?
Matices: GenAI no entiende los matices necesarios para una comunicación basada en relaciones.
Porque somos únicos: Los humanos somos finitos. Hay algo único en cada conversación, por el simple hecho de que nuestra vida es limitada.
Relaciones: La IA puede generar conocidos, pero no relaciones reales. Y las relaciones son clave para influir.
No espero convencerte con esto. Ya tienes tu propia opinión sobre el futuro de la comunicación, y la respeto.
¿Cómo mejorar en storytelling?
Punto de partida: si quieres volverte mejor contador de historias, tienes que aprender a usar historias pequeñas y narrativas en tus mensajes, charlas y presentaciones.
La combinación de ambas te dará una ventaja enorme: más impacto, más relaciones, más oportunidades.
Hoy me enfocaré en las historias pequeñas. Las narrativas, para otro post. O puedes leer esto [link] si tienes curiosidad.
El poder de contar historias pequeñas
Imagina que quieres compartir un aprendizaje reciente.
Tal vez algo sobre un proceso, una funcionalidad que encantó a un cliente, o que te sientes listo para liderar un equipo.
¿Cómo compartirías este insight?
Lo más intuitivo es simplemente decirlo:
Ahora me aprendo mis diálogos muy rápido.
¿Funciona? Más o menos. Suena genérico, poco creíble.
Ahora, agrega una justificación:
Ahora me aprendo mis diálogos muy rápido, porque lo he estado haciendo desde los seis años.
Mejor. Pero aún es olvidable.
Ahora escucha cómo lo contó Kieran Culkin:
Ahora me aprendo mis diálogos muy rápido, porque lo he estado haciendo desde los seis años. Es casi como un truco de fiesta.
Un día, Brian Cox (quien hace a Logan Roy) se molestó. Él lleva actuando por años y tiene su proceso.
Llegamos al set y yo dije: ‘¿Vamos a grabar esta escena? ¡Ni sabía!’
La repasé rápido, me cambié, y me llamaron a set.
Brian me pregunta: ‘¿Te la sabes?’
Y yo: ‘No sé, ya veremos.’
Grabamos. Me salió natural.
‘¿Cuándo la aprendiste?’
‘Justo ahora.’
Y él: ‘¡Maldición! ¡Yo estuve despierto toda la noche estudiándola!’
Ese minuto de historia logra algo que el dato no: engancha, hace sentir, conecta.
Tres pasos para volverte bueno en esto
Paso 1: Estar atento
Revisa tu calendario. ¿En qué reuniones, presentaciones o conversaciones podrías usar una historia?
¿Dónde se espera que digas algo con impacto?
Paso 2: Encontrarlas y guardarlas
Busca tus propias historias.
En nuestro taller de storytelling usamos una herramienta llamada Los hitos de tu vida.
Una vez que tengas historias útiles, dales forma. Guárdalas.
Yo uso Notas. Otros prefieren Notion, Evernote o herramientas estilo Tiago Forte.
Paso 3: Atrévete a contarlas
Nada de esto importa si no te atreves a compartirlas.
Y sí, tal vez no te salga perfecto al inicio. Pero como dice Matthew Dicks:
“Puedes hacer lo que la mayoría: no contar historias, contar las equivocadas, o usarlas como buzzword sin practicar de verdad.”
Eso es todo por hoy.




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