Una cita (in)esperada con Salvador Alva
En junio del 2011 fui a conferencia de Salvador Alva -ex CEO de Pepsico LATAM y ahora Presidente del Tec de Monterrey- en el Club Industrial de Monterrey donde presentó su libro Empresa Admirada.
Esa conferencia fue un parteaguas en mi vida porque entendí que algunos de mis talentos y mis pasiones más presentes -comunicación oral y escrita, empatía y trato personal, creatividad para resolver problemáticas humanas- tenían una utilidad y una aplicación en el esfuerzo gigantesco que algunos líderes estaban poniendo en práctica para transformar empresas en lugares más humanos y de paso desarrollar personas y comunidades.
Desde entonces había querido platicar con él pero no había logrado sacarle una cita: Salvador es una persona introvertida y extremadamente ocupada. Pero este año -después de cuatro años de búsqueda- me senté con él durante 90 minutos para contarle qué había pasado conmigo desde entonces.
Antes de esa cita había hecho de todo para contactarlo: stalkearlo en sus oficinas, hacerme amigo de su asistente, escribirme a su correo, hacerle una pregunta ante 800 personas después de otra conferencia suya (ver prueba), persiguiéndolo en Calzada del Valle y afuera del Auditorio San Pedro, y escribirle una carta a mano y entregársela en persona.
Lo que funcionó fue algo diferente e inesperado: entregarle a una persona una tarjeta de presentación equivocada.
Este año fui a un congreso de recursos humanos en la Ciudad de México y ahí conocí a Eduardo, uno de los VPs de una empresa de consumo y organizador del evento. Lo abordé después de una de las conferencias y le agradecí por los esfuerzos de organización y logística del congreso.
-Gracias por lo que me dices. ¿A qué te dedicas?
-Trabajo en Astrolab.
Le entregué una tarjeta. Ahí me di cuenta que la tarjeta no era mía sino de Diego, un compañero de trabajo.
-¿Eres Diego?
-No, soy Andrés. Diego trabaja con nosotros. Me equivoqué de tarjeta.
-¿Por qué no vas a mi oficina y me cuentas qué hacen? Llévate a Diego: soy amigo de sus papás.
Una semana después nos sentamos Diego y yo con él en su oficina.
-A ver, cuéntenme qué hace Astrolab.
-Desde el 2011 le ayudamos a directivos a crear organizaciones más humanas porque hemos visto cómo eso impacta en resultados de negocio.
-¿Cómo empezaron?
Entonces le conté sobre aquella conferencia de Salvador del 2011.
-¿Salvador Alva? ¡Somos muy buenos amigos! Cené con él la semana pasada. ¿Quieres hablar con él? Déjame le marco.
Sacó su teléfono y le marcó.
-¿Salvador? Oye, aquí hay alguien que quiere hablar contigo. Ten Andrés.
De esa forma saqué mi cita con Salvador.
‘No creo en la varita mágica del consultor’
No había pasado una semana y ya estaba sentado con Salvador en su oficina. Después de saludarnos se recargó en su silla, entrelazó las manos y bajó un poco la cabeza para poner atención.
-Cuéntame qué hacen Andrés.
Empecé explicando cómo había nacido Astrolab y cómo habíamos ido madurando como empresa. Le conté sobre algunos de los proyectos en los que habíamos trabajado y sobre los planes de crecimiento que teníamos.
A media junta lo interrumpió una llamada de Guillermo Rentería, la mente detrás de la estrategia política y de medios no tradicionales de Jaime ‘El Bronco’ Rodríguez.
-Memo, te envié mis sugerencias para el discurso de Jaime. Avísame qué te parece.
Para ese entonces yo ya había terminado de hablar sobre Astrolab.
-Bueno, esto es lo que pienso Andrés. Su idea es buena pero es incompleta.
Si de verdad quieren resolver ese tipo de problemas van a necesitar más que comunicación. Muchos consultores que he conocido se enfocan sólo en una parte del proceso, en una partecita. Dicen que su varita mágica resuelve todo pero he conocido a pocos que ofrecen respuestas integrales y sistemáticas.
¿Quieres transformar organizaciones? El storytelling es una excelente herramienta pero vas a necesitar ofrecer soluciones antes y después de que los líderes mejoren su comunicación.
En cinco minutos me varias sugerencias que me llegaron -o sea, que me dolieron- y que agradecí. Me llamó la atención que en tan poco tiempo hubiera captado no sólo el ideal de Astrolab sino lo que ofrecíamos y los obstáculos con los que enfrentaríamos en el futuro. En resumen: fue muy denso -para bien-.
Al final, mientras nos despedíamos, me dijo con una sonrisa:
-Mantenme al tanto de cómo van.
Las adecuaciones a la oferta de servicios de Astrolab
Cuando salí de la cita le envié un(os) voice note(s) a Óscar y a Gerardo contándole cómo me había ido:
Desde entonces nos pusimos a trabajar en eso que Salvador llamaba el antes y el después. Hoy en día le llamamos dar claridad estratégica y crear equipos colaborativos.
La comunicación estratégica por medio de storytelling oral es una herramienta valiosísima pero tiene poco sentido si las decisiones de los directivos no se toman de acuerdo a una estrategia clara, de acuerdo a una visión alcanzable e inspiradora y de acuerdo a un propósito trascendente.
Y tanto esta claridad estratégica como el storytelling oral de los líderes son inútiles si los equipos de trabajo no cuentan con los hábitos de trabajo colaborativo adecuados, es decir, si los equipos no saben trabajar o si los equipos toman decisiones de forma lenta y poco transparente.
De ahí nacieron dos productos (el taller INSPIRA: Equipos Colaborativos y la Red de Líderes) que ayudan a acelerar organizaciones y a prepararlas para el cambio y para cualquier transformación.
Posdata. Ayer, un amigo que trabaja en las oficinas corporativas del Tec me envió un correo:
¿Te interesa asistir a la tercera conferencia de la serie ‘La Revolución del Líder’? El evento será el 24 de noviembre en las oficinas corporativas de BanRegio en Monterrey. Hablaré con el tema ‘Dar humanidad a las organizaciones’. Envíame un correo a andres@astrolab.mx para registrarte.
¿Quieres convertirte en un líder-comunicador? Inscríbete al taller iNSPiRA: Storytelling + Comunicación Oral los días 26 y 27 de noviembre.