Crowdwork: innovación de abajo
Para llegar al éxito en la economía actual, no basta con coordinar personas hacia una meta a través de procesos y controles que eviten sorpresas desagradables.
En este entorno cambiante, se debe fomentar la innovación y la adaptabilidad.
Para hacer un punto, busqué un ejemplo en la organización menos innovadora y menos adaptable del mundo: ¡el ejército! Específicamente la Marina de los Estados Unidos.
En la Marina, las personas están formadas para aceptar sin cuestionar, seguir las reglas sin explicaciones y aferrarse a tradiciones extrañas.
En un artículo acerca de cultura de innovación, Adam Grant narra el caso de Ben Kohlmann, un joven aviador al que algunos llamaban agitador radical y por el que nadie daba un peso.
Mientras Ben trabajaba como instructor y director de operaciones de vuelo, se propuso construir una cultura de innovación. Habló con líderes senior y creo una red de individuos que estaba enfocada en cuestionar suposiciones y generar nuevas ideas.
Luego de un tiempo de experimentación, esta red se convirtió en la primera célula de innovación rápida de la marina. Como equipo, visitaron centros de excelencia de innovación fuera del ejército, como Google y se dedicaron a capacitarse en el tema. Muy pronto, usaban impresoras 3-D para hacer barcos y un pez robótico para misiones ocultas bajo el agua.
El aprendizaje más relevante es que ninguno de estos cambios provinieron ‘de arriba’. Fueron iniciados en la base piramidal de la jerarquía organizacional, por un grupo de oficiales de entre veinte y treinta años.

Ben Kohlmann
En palabras del mismo Kohlmann,
“La cultura es rey. Cuando las personas descubrieron su voz, se hicieron imparables”.
Ideas innovadoras en un entorno de adaptabilidad
La adaptabilidad, según Deloitte, es un cambio fundamental en la filosofía operativa y de gestión. Esta mentalidad permite a las empresas operar con la agilidad de un emprendimiento, a través individuos de cualquier nivel jerárquico que comparten ideas innovadoras y las ponen a prueba con redes de equipos empoderadas.
La realidad de las empresas en México dista mucho de esa visión. Por una multitud de variables, pocas organizaciones son capaces de impulsar la innovación.
Lucía trabajaba en una empresa de logística. Una de las unidades de negocio de esa compañía era un servicio de mensajería en motocicleta. Ella desarrolló la idea de entregas bajo demanda a través de una aplicación haciendo uso del tiempo libre de los empleados de esta empresa.
La iniciativa se quedó como una buena idea. Lucía y sus jefes se frustraron porque al poco tiempo llegó Rappi y UberEats a dominar el mercado.
Parece un ideal inalcanzable. Sin embargo, cuando observamos casos de éxito en la Marina o el ejército, como el que narra Stanley McChrystal en Team of Teams, la conclusión natural es: si un modelo adaptable puede ser efectivo en el ejército, ¿por qué no sería efectivo en mi organización?
El problema es que algunas instituciones, empresas y gobiernos siguen siendo jerárquicos desde su esencia: la información y las desiciones fluyen de arriba hacia abajo ‘como las fuentes o las cascadas’.
En estas organizaciones no adaptables, sólo los miembros con poder pueden opinar; pareciera que tienes que ser parte del management team para contribuir; si hablas cuando no debes, puedes perder tu trabajo. En noviembre de 2018, la sucursal argentina de Rappi despidió a tres empleados por solicitar mejoras en las condiciones de trabajo.
La transformación digital por la que pasamos, implica un cambio completo en la mentalidad, la cultura y la filosofía con la que operamos nuestras organizaciones.
Detrás de crowdwork
En medio de esta cuarta revolución industrial, está surgiendo una nueva generación de organizaciones que se alejan de las culturas de extremo control y promueven prácticas para impulsar las iniciativas de personas comprometidas, apasionadas y perseverantes.
En 1980, Bill Drayton fundó Ashoka motivado por una idea central: el verdadero trabajo de cambio en el mundo sucede, no a través de actos aislados de emprendimiento, sino a través de equipos en donde todos sus integrantes tienen seguridad psicológica y algo que aportar.
En lugar de mantener una estructura tradicional en la que las personas trabajan en jerarquía basadas en una función o una unidad de negocios, imaginó organizaciones que funcionan como constelaciones de equipos que se unen en torno a objetivos específicos. Los equipos y los miembros del equipo trabajan juntos de forma fluida y en constante cambio.
Crowdwork (del inglés crowd –multitud– y work –trabajo–) es la visión de comunidades adaptables y democráticas, en donde cualquiera que tenga una buena idea puede ser escuchado y contribuir. En donde las ideas son juzgadas por su potencial, más que por quién la dijo.
Es una forma de trabajar que permite escuchar nuevas voces; aprovecha metodologías para fomentar soluciones de innovación más poderosas, en donde el aprendizaje es continuo y casi indistinguible del trabajo diario.
Nos inspira cómo funcionan las organizaciones con código abierto, tipo Wikipedia; las organizaciones de financiación colectiva, tipo Inixar; y las comunidades como SpeakHers o Blooders. En éstas, las ideas de muchos son escuchadas y puestas a prueba, y la misma comunidad es quien distingue lo que funciona de lo que no.
Imaginamos crowdwork como redes de líderes versátiles e individuos perseverantes que buscan cambiar cómo trabajamos e interactuamos, distribuyendo y maximizando el potencial humano.
¿Has generado en tu organización redes de innovación y cambio ágil?